Desde hace unos años para acá, estamos asistiendo a un fenómeno que nos parece muy interesante. Muchas mujeres, y en ocasiones también hombres inmigrantes, provenientes de países centroamericanos y sudamericanos, se están ocupando de cuidar a nuestros ancianos.
Sus hijos deben trabajar, en unos empleos mal pagados, que cada vez les exigen una mayor permanencia y les ofrecen menores sueldos, y no pueden ocuparse de ellos, así que deben contratar a estas personas, que en la mayoría de los casos, no cuentan con experiencia alguna.
De esta forma, nos damos cuenta de que las personas que más quieres, tus padres, son cuidados por otras personas más jóvenes, pero sin titulación ni experiencia alguna, con los lógicos riesgos de que cometan algún error.
Surge así un fenómeno sobre el deberíamos reflexionar: los españoles necesitan a estas personas inmigrantes para que cuiden de sus padres, porque no pueden pagar un sueldo digno a un cuidador español, y los inmigrantes necesitan esos trabajos mal pagados para salir adelante y continuar en nuestro país.
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